Por Ronald Gamarra Herrera
Publicado en La República
Las cosas están claras y los extremos se asocian contra la justicia. Por un lado, hay quienes hacen la defensa del Grupo Colina y sus integrantes, autores de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta; de los que perpetraron desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y tortura; de los que concibieron y aplicaron políticas de violación sistemática de derechos humanos y facilitaron la impunidad a quienes las aplicaban; y a todos ellos los presentan como si fueran víctimas de una conjura judicial por pretender que respondan ante las autoridades de justicia.
Estos defensores de violadores de derechos humanos se encuentran muy activos en estos días buscando por todos los medios imponer alguna forma de impunidad de gente como Martin Rivas, Nicolás Hermoza, Fujimori y por qué no también Montesinos, y de varios otros menos conocidos pero igualmente culpables de crímenes como ellos.
Por otro lado, también hay quienes defienden a los terroristas que asesinaron a miles de peruanos y masacraron a comunidades, devastando el país cruelmente durante casi dos decenios. Ellos también buscan impunidad para los suyos y pretenden sacar de la cárcel al propio Abimael Guzmán. Para ello han formado un movimiento político “por la amnistía”. Su representante político recientemente declaró en Ayacucho, según nota periodística de noticias SER: “Pedimos solución al problema de nuestros exiliados, presos y desaparecidos, que son los problemas derivados de la guerra, para luego conseguir la reconciliación nacional”.
La nota periodística añade que dicho representante “reiteró que la amnistía general implica la liberación no sólo de los presos senderistas, también de los militares, los del Grupo Colina y del propio Fujimori”. Y añade sus palabras textuales: “De todas maneras, Fujimori saldrá libre porque él tiene mil caminos para ser amnistiado, si se les indulta al Grupo Colina no va a pasar nada, pues ellos solo eran soldados que recibieron órdenes de sus superiores”.
¿El mundo al revés? No necesariamente. Más bien, algo muy lógico: los defensores de crímenes de lesa humanidad, no importa de dónde procedan, coinciden en la búsqueda de impunidad porque desprecian los derechos humanos y creen tener licencia para matar en nombre de lo que les convenga. Por ello son enemigos jurados de la justicia.
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20100625/11/node/274490/total/1634/pagina
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