Por Gabriel Salazar Borja
El 17 de marzo de 2013 Lima va a decidir si la alcaldesa Susana Villarán se queda o se va de la Municipalidad Metropolitana. El proceso de revocatoria para Lima ha sido sospechosamente adelantado en comparación con todos los ya programados en el resto del país -que se darán en junio de 2013-. Desde hoy hasta la fecha indicada, faltan 18 semanas, y cada día cuenta para las dos campañas, por el Sí y por el No. Ante ello, el terreno político se reconfigurará en dos espacios: de un lado, las fuerzas más reaccionarias, mafiosas y fascistas; de otro lado, las fuerzas progresistas, democráticas y de izquierda. Esto nos trae inevitablemente un adelanto de campañas, tanto la del 2014 como la del 2016, y meses de actividad política intensa.
Frente a esto, la izquierda tiene un gran reto: la unidad –para sobrevivir-. El nudo coyuntural convocante es la campaña por el No a la revocatoria. Al interior de esta campaña se encuentran dos espacios articulados hace muchos meses que deben ser reconocidos y tomados en cuenta. El primero es la Confluencia por Lima, donde están los partidos Fuerza Social, Patria Roja, Tierra y Libertad y Voz Socialista, quienes llevaron a Susana Villarán a la alcaldía, además de los partidos que hace apenas una semana se han sumado a este grupo, como Ciudadanos por el Cambio, Partido Socialista, Partido Comunista del Perú y Fuerza Ciudadana.
El segundo espacio es la Coordinadora Ciudadana por Lima, donde se encuentran los movimientos sociales y las organizaciones populares como la Coordinadora del Vaso de Leche, el Movimiento Sin Techo, las organizaciones barriales y de asentamientos humanos, los sindicatos de transporte afines a la gestión de Villarán, entre otros tantos que se han agrupado en este espacio desde inicios del 2012 para impulsar las reformas en la ciudad y defender la alcaldía de la amenaza de la revocatoria. Este segundo espacio tuvo que haber tenido mayor apoyo de parte de la izquierda, pero lamentablemente no sucedió así; y ahora, con la revocatoria encima, se puede corregir el error. La Coordinadora Ciudadana por Lima es la posibilidad de volver a darle textura al tejido social luego de la debacle fujimorista de cooptación de los movimientos populares.
En este contexto, hace apenas unos días, tanto la Confluencia por Lima como la Coordinadora Ciudadana por Lima han llamado a impulsar la campaña por el No a la revocatoria buscando un frente amplio. Ambos espacios no sólo han convocado a sectores de izquierda sino que también han invitado a espacios demócratas para poder frenar al enemigo común: la derecha bruta y achorada. Tanto la Confluencia como la Coordinadora son los llamados a conducir esta lucha y el frente amplio. Los acuerdos tomados para esta campaña han sido formar comités por el No en todo Lima, sumarse a la marcha del 22 de noviembre contra el Fuji-Indulto, y convocar a una gran marcha para el 6 de diciembre en apoyo a la gestión de Susana Villarán y por el No a la revocatoria. La estructura está casi delineada.
Felizmente hay un avance en las organizaciones que apoyan el No. Y es que la campaña ya arrancó. En estos días se ha presentado la encuesta de DATUM donde se evidencia que los sectores que vacarían a Villarán son los populares, los llamados D y E. En cambio, los sectores A y B le dan un respaldo de 50%. Esto se explica en parte por los últimos sucesos en La Parada. Para los sectores A y B el desalojo y el llamado al “orden” han dejado una buena impresión. Además que muchas empresas y grupos de poder vinculados a la CONFIEP tienen intereses en proyectos ya pactados con la alcaldía. En cambio, parecería que esta acción, el desalojo y el llamado al “orden” no han agradado tanto a los sectores populares de la capital, que de hecho están vinculados a La Parada, incluyendo los empresarios emergentes, y por ello, se tiene el rechazo a la alcaldesa. A propósito de este malestar, un buen paso, que debe continuar, ha sido armar un plan de contingencia con los minoristas y la comunidad afectada de La Parada.
En este panorama social, es aún mucho más importante que la campaña se apoye en los sectores populares, donde la Coordinadora Ciudadana por Lima es una pieza clave. La izquierda tiene que ir al encuentro con el pueblo de la capital, es una necesidad urgente para lograr la victoria que de paso podría saldar cuentas con la desatención de los últimos años. Ya todos sabemos que Lima es un espacio difícil para la izquierda y que el fujimorismo ha corrompido al pueblo capitalino. Por ello que la denominada “derecha bruta y achorada” se ha atrevido a adelantar las campañas del 2014 y del 2016; no quiere permitir que una gestión progresista y vinculada a la izquierda como la de Villarán culmine exitosamente. Les da miedo que la alcaldesa y el municipio se hayan acercado al pueblo, y que éste se encuentre transitando hacia posiciones progresistas y de izquierda. Es decir, siente que está perdiendo terreno en Lima. En ese sentido esta batalla por Lima se vuelve una prioridad para la izquierda y las organizaciones progresistas. No podemos seguir dejando que el fujimorismo siga ganando en la metrópoli. En la carrera de Historia me enseñaron que toda crisis también implica una oportunidad.
Finalmente, es fundamental darle una especial atención a esta campaña, y que las diversas agendas se articulen a este espacio político en Lima. La tarea actual, y urgente, es, desde la Municipalidad Metropolitana de Lima acelerar las reformas, que si se vienen realizando (transporte y vivienda por ejemplo), y desde las organizaciones políticas profundizar su articulación con el pueblo limeño. Es la única garantía de conseguir la victoria por el No. Finalmente se va dibujando la idea de que este triunfo no solo fortalecerá a la izquierda, sino que podrá dar un cuerpo social a estas agrupaciones y permitirá llegar en mejor posición a las elecciones del 2014 y 2016 e impedir el avance de los sectores más conservadores. Por ello hay que decirle no a la revocatoria.
Fuente: NoticiasSer