Por Rocío Silva Santisteban
Mi dilecto amigo y ex adjunto en la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Miguel Jugo, ha realizado un ejercicio simple pero poderoso: comparar el tema de derechos humanos en los distintos planes de gobierno. La respuesta es triste: Keiko Fujimori tiene el mejor y más detallado plan sobre propuestas de derechos humanos y el Frente Amplio (al que me adhiero) ha olvidado por completo todo lo referido a reparaciones, judicializaciones y memoria vinculada con el conflicto armado interno. ¡Ni siquiera hablan de justicia transicional!
Julio Guzmán, quien junto con Verónika Mendoza, levanta el caballo de batalla de los derechos civiles completos para la población LGTBI y los derechos sexuales y reproductivos, ha cometido un error garrafal: declarar un domingo por la noche que el tema de la Consulta Previa lo va a revisar. ¡¿Qué?! Sí, Guzmán olvidó que la consulta previa, libre e informada, es un derecho humano de los pueblos indígenas, ergo, no puede ser revisada ni menos negociada. Los derechos no se negocian. Ayer en la mañana quiso rectificar, pero lo que dice en un video es más de lo mismo. El Frente Amplio, por su parte, tiene varias propuestas para fortalecer el tema territorial de los pueblos indígenas desde el reconocimiento por parte de municipios y gobiernos regionales, peor solo habla de la institucionalidad indígena en la inclusión de representantes y no desde el gobierno central.
El FA debería plantear la urgencia de revisar toda la política en torno a interculturalidad en nuestro país; descartar para siempre este Ministerio de Cultura percibido como monitor de patrimonio inmueble (léase sitios arqueológicos) y promotor (a media caña) de industrias culturales, para proponer un MINISTERIO DE INTERCULTURALIDAD con un eje principal en algo que es fundamental para los peruanos. El error de este ministerio ha sido considerar a la interculturalidad solo como un eje viceministerial cuando debe ser la línea programática principal. Mi padre, Fernando Silva Santisteban, lo dijo hace años cuando fue director del INC, “La cultura no es solo cultivar un aspecto de la vida social como el arte […] Es tomar conciencia del mundo al cual nos enfrentamos y confrontar las diferencias con otras culturas. En otros términos: en dónde estamos parados, hacia dónde vamos, qué queremos. Por eso la labor del INC es el despertar la conciencia a la realidad”. ¿Intindikichu?
Por supuesto que el partido más reaccionario y fascista en temas de derechos humanos es ORDEN que propugna, entre sus principios, por ejemplo que “El conflicto social tiene diferentes variantes y en cualquier situación el Estado debe actuar con neutralidad pero protegiendo la inversión privada…” No se puede esperar otra posición de quien defiende la salida a las calles del Ejército —algo que incluso Urresti descarta— y la pena de muerte como una forma de solucionar la criminalidad: desde la Edad Media está totalmente demostrado que no sirve para eso sino para matar a muchos inocentes por errores judiciales. En fin: no gasto más pólvora en gallinazos.
El periodista y abogado José Alejandro Godoy, poco a poco, con un mayor énfasis en el detalle, está analizando plan por plan alrededor de este tema en su blog “Desde el tercer piso”, seguramente pronto podrá publicar un cuadro con variables importantes para que podamos todos acceder a una mirada analítica seria.
Pero la verdad de la milanesa es que el tema de derechos humanos aparece cuando alguien mete la pata o cuando se quiere destruir al enemigo. En otras circunstancias no importa. Todo esto me hace recordar una vez más la frase de Guamán Poma de Ayala al referirse al injusto sistema colonial: “y no ay remedio”.
Publicado en La República, martes 19-01-2016