

En Ayacucho se realizó la colocación de la primera piedra para la ampliación del Santuario de la Memoria «La Hoyada» en la ciudad de Huamanga, Ayacucho, a cargo del Gobierno Regional de Ayacucho. Este es el discurso que como sociedad civil junto a APRODEH compartimos en la ceremonia.

«No podemos ni debemos dejar de honrar la memoria de quienes soñaron estar presentes físicamente en este momento, pero por la edad, las enfermedades y otras circunstancias adelantaron sus pasos en el camino de la vida.
Aquellas mujeres ayacuchanas, aquellas familias del campo y la ciudad a las que la insania de la violencia les arrebato a sus seres más queridos, lucharon por que se haga realidad este momento.
Queremos honrar la dignidad de todos los sobrevivientes, detenidos y torturados injustamente, todos y todas ellas procuraron aun deponiendo su dolor, aquel dolor indescriptible que supone crímenes atroces como el asesinato, la desaparición forzada, la tortura, la violencia sexual, para que se constituya un espacio de memoria, aquí en los terrenos de lo que fue la base militar en Ayacucho.
Fueron las mujeres ayacuchanas, encabezadas por Mamá Angélica y ANFASEP, muchas de las cuales hoy se encuentran aquí, las que con firmeza y dignidad contribuyeron a que la verdad, esa verdad incómoda, sepultada por muchos años, sea descubierta, sea desenterrada.

Hoy se hace realidad esta obra, gracias a que en su momento las madres antepusieron sus propios cuerpos, su seguridad, sus innumerables peregrinaciones para cautelar este espacio… y también la dignidad de los jóvenes, hijos e hijas huérfanos, a las que las madres acogieron y que también fueron parte y soporte en estas luchas.
Este espacio, este santuario que hoy se constituye, ha de albergar la memoria de todas las víctimas que trajo consigo, los 20 años de violencia política que atravesamos, recordemos que la gran mayoría de ellas, proceden de las comunidades andinas y amazónicas, proceden de las periferias del país.
Será una oportunidad más para que el Estado y la sociedad en pleno podamos honrar y dignificar su memoria.
Este espacio servirá también para una interpelación permanente de lo que fuimos, de lo que no hicimos, de lo que dejamos de hacer en su momento, como Estado, como sociedad, que contribuyo y desencadeno episodios trágicos, de violencia sin límites como ocurrió aquí en la Hoyada, con fosas clandestinas y hornos crematorios para hacer cenizas la dignidad de las personas o con matanzas y atentados execrables como los ocurridos en Soras o Lucanamarca.
La violencia nunca ha resuelto nada.
Este espacio servirá también para tender puentes con aquellos abismos profundos que nos separan a los peruanos, aquellos abismos que hoy permanecen intactos basados en la discriminación, el racismo, la violencia estructural, la corrupción, la impunidad.
Muchas de las crisis con las que convivimos a diario en el Perú, pueden entenderse precisamente porque no hemos tenido la capacidad de ver y abordar con responsabilidad nuestro pasado reciente.
La garantía para constituir una sociedad democrática, con respeto pleno de los derechos humanos, empieza con tender puentes de memoria, puentes que permitan un tránsito reconciliado con verdad, justicia, reparación y buen vivir».
La sociedad civil y APRODEH
Ayacucho, 11 de agosto de 2022