Por Germán Vargas Farías

MAL SABOR

Para decirlo con palabras de Javier Heraud, “con un raro sabor a tierra amarga” va terminando el año 2008. Los recientes ataques israelíes en la franja de Gaza, que han causado la muerte de más de 300 seres humanos (cifra que incluye civiles, mujeres y niños), más de mil personas malheridas y otras huyendo y buscando refugio, nos revela una vez más los horrores de la guerra, pero también de la sinrazón que caracteriza la política del gobierno de Israel frente al pueblo palestino. ¿Acaso no se puede hacer nada para detener este genocidio?

NO SOLO OBJETIVOS MILITARES

En la madrugada de hoy lunes, Israel ha continuado la agresión dirigiendo ésta vez sus ataques aéreos contra el edificio de la Universidad de Gaza. Se informa que se ha destruido toda el área, incluyendo laboratorios y casi todos los ambientes del centro de estudios. Existe una franca y persistente violación al Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra. Pero hay  países, como Israel, que si cuentan con el respaldo de los Estados Unidos, pueden hacer –como hace la potencia- lo que les da la gana.

AL MARGEN DE LA LEY

Para no olvidar. La Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, aprobó el 20 de agosto de 1996 una resolución en la que reafirma que la ocupación por Israel de los territorios palestinos y otros territorios árabes, incluida Jerusalén, constituye en sí misma una violación flagrante de los derechos humanos. ¿En que ha cambiado la actitud del estado israelí desde entonces?

ESCLAVOS DE NUESTROS SILENCIOS

Para quienes, como el presidente peruano, tienen por rutina comparar situaciones o sucesos que se dan tanto en Chile como en Perú, aquí un dato sugerente. Mientras el gobierno del Perú ha expresado su “profunda preocupación” por la situación de violencia en Gaza y el sur de Israel, el Gobierno de Chile ha “condenado enérgicamente» los ataques perpetrados en la Franja de Gaza. Las palabras que usan las personas reflejan su imagen, y aquellas que usan los gobiernos expresan su carácter.

LOS PRINCIPIOS EXISTEN, Y ESTORBAN

Ya una vez dijo García, refiriéndose a la relación con China, que es más importante hacer negocios que realizar «cruzadas ideológicas», constituyéndose en uno de los más exaltados defensores del gigante asiático que destaca también por ser uno de los países donde se perpetran las mayores violaciones de derechos humanos. La misma actitud ha tenido el gobierno aprista con la administración Bush, y con Israel, al parecer, no habría razón para que sea diferente. Coherencia que le llaman. Si los derechos humanos le importan un bledo en el Perú, por qué tendrían que importarle en otra parte.