– Deudos de víctimas rechazan amnistía para violadores de derechos humanos. 
– Familiares les rindieron un emotivo homenaje en el monumento «El ojo que llora» y seguirán reclamando justicia mientras Dios les conceda vida.

Ofrenda. Como todos los años, les llevaron música y canto a sus seres queridos.
 
Para Ulises Cantoral, hermano del dirigente minero Saúl Cantoral, secuestrado y muerto en 1989, una amnistía para militares y policías acusados de violación de Derechos Humanos es una burla. «Significaría la impunidad para los criminales», aseguró. Señaló además que el congresista Édgar Núñez del APRA solo sigue una consigna de su partido.

Mientras que Víctor Ortiz, padre de Luis Ortiz, estudiante de La Cantuta y muerto a manos del Grupo Colina, dijo que esta ley sería un error. «¿Cómo se va a amnistiar a gente que ha hecho tanto daño? Los mismos procesados han declarado que actuaron por orden de sus superiores. Falta entonces que llamen a los actores intelectuales que aún no han sido tocados».

Otra de los familiares afectados es Cipriana Huamaní, esposa de Rigoberto Tenorio, desaparecido en Ayacucho en 1984. Ella considera «injusto perdonar a los responsables de las muertes». Hasta ahora no sabe dónde están los restos de su esposo.

Gonzalo Vereau tenía solo dos años cuando en 1983 secuestraron y asesinaron a su padre, Lester Vereau, en la matanza de Curgos (Huamachuco). «No me sorprende nada de este gobierno. Mi padre sigue como perseguido por la ley, para que no encontremos sus restos».
 
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