Human Rights Watch opinó hoy que la culpabilidad que halló un tribunal supremo del Perú en el ex presidente Alberto Fujimori por las matanzas de Barrios Altos y la Cantuta constituye un importante avance para promover las justicia por las violaciones de derechos humanos en la región y en el mundo.
Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por el asesinato de 25 personas durante las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, ocurridas en 1991 y 1992, así como los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer en 1992.
“Luego de eludir la justicia durante varios años, Fujimori finalmente debe responder por algunos de sus delitos”, señaló María McFarland, investigadora principal de la División de las Américas de Human Rights Watch, quien se encontraba en la sala durante la lectura de la sentencia.
“Mediante esta sentencia y el desempeño ejemplar que tuvo durante el juicio, el tribunal peruano ha demostrado al mundo que ni siquiera los ex jefes de estado pueden lograr que sus delitos queden en la impunidad”, agregó.
Este organismo señaló, además, que esta emblemática decisión se da en el marco de una tendencia mundial hacia una mayor rendición de cuentas por parte de ex jefes de Estado.
La sentencia se emitió luego de un prolongado juicio transmitido por televisión. El juicio, sostuvo Human Rights Watch, respetó las garantías del debido proceso y cumplió con los estándares internacionales que garantizan un juicio justo.