Luego de 20 años de espera, se inicia hoy el juicio a 41 militares acusados de asesinar, con la modalidad de la ejecución extrajudicial, a ocho comuneros de Huancayo, por sospechas de que eran senderistas. El caso fue denunciado ante el Ministerio Público por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) sobre la base de los testimonios de efectivos del Ejército que participaron en la matanza.

El hecho se remonta al 4 de noviembre de 1989, cuando 30 militares del batallón Inclán de la División de Fuerzas Especiales, al mando del coronel del Ejército Marco Ramos Cruz, llegaron hasta Pucará. Según versión del testigo clave número 0001-2004 (un ex suboficial que integró el grupo de aniquilamiento) los uniformados tenían la misión de identificar sospechosos y ejecutarlos.

Cuatro generales del Ejército ahora en retiro están comprendidos en este caso: Juan Briones Dávila (ex jefe de la División de Fuerzas Especiales), Marco Ramos Cruz (jefe del batallón Inclán), Manuel Delgado Rojas (comandante general de la 31º División de Infantería del Ejército) y Carlos Bergamino Cruz.

Según el testigo clave, el teniente Marco Llontop Jesús eliminó a los pobladores Paulino Cabezas Cóndor y su hijo Raúl, Máximo Pérez Ureta, las hermanas Gladys y Madelein Poma y Leoncio Orihuela Medrano. Las otras ejecuciones fueron realizadas por el capitán Miguel Puente Millán, quien habría asesinado a Isauro Valdez Rojas y Nilo Castillón Laveriano.

Fueron con una lista, entraron a cuatro casas y asesinaron a ocho. Los testigos relatan que a dos de ellos, Paulino Cabezas y Raúl Cabezas, los sacaron de sus viviendas y los hicieron pintar las paredes con lemas del MRTA. Luego los asesinaron por la espalda y eso está en los resultados de la necropsia. Asimismo relatan que violaron y mataron a dos mujeres, una de ellas de 16 años, dijo el abogado Antonio Salazar del Instituto de Defensa Legal.