
Por: Wilfredo Cholán en Noticias SER
Quedan menos de tres semanas para las elecciones generales y aún tres candidatos pugnan por alcanzar el segundo lugar de cara a la segunda vuelta. Sin embargo, las recientes denuncias a partidos políticos por entrega de dádivas en distintas regiones y la exclusiones de algunos candidatos al congreso plantean un escenario político aún inestable. Noticias SER conversó con Tito Bracamonte, secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos acerca del panomara electoral y las recientes marchas en contra de Keiko Fujimori.
¿Cuál es la evaluación que tiene del proceso electoral?
El proceso electoral cada vez se hace más complicado y poco transparente, esto se debe a la propia responsabilidad del propio Jurado Nacional de Elecciones por no haber establecido desde un inicio reglas claras para que los temas controversiales puedan resolverse de manera eficiente y oportuna. Además por la poca institucionalidad de los partidos que tiene una debilidad estructural que han devenido en grupos de interés antes que en comunidades políticas que se construyen de cara a los problemas del país. Esto ha hecho que ahora tengamos listas donde hay gente procesada. Resulta escandaloso que haya aproximadamente 220 candidatos al Congreso con procesos judiciales, como lo dice el propio JNE y Transparencia. Hay un candidato de Tacna que va por la Alianza Popular procesado por delito de Lesa Humanidad por haber participado del Grupo Colina. Eso da cuenta de una institucionalidad partidaria débil. También diría que la ciudadanía tiene algo de responsabilidad porque hemos permitido que estos partidos, nos arrebaten la política.
¿Qué opinión merece el rol del Jurado Nacional de Elecciones en este proceso electoral?
Es responsable de decisiones tardías, contradictorias y poco transparentes. Es responsable de haber aplicado dogmáticamente una ley que en el fondo era inaplicable por los estándares que planteaba negando el derecho fundamental a la participación política. Contraviene principios comprometidos por el país en la Convención por los Derechos Humanos.
Por otro lado, ¿Cuál es el rol que juega la CNDDHH en las movilizaciones contra Keiko Fujimori?
Creo que estamos asumiendo el rol que nos compete como defensores de derechos y en este caso a la participación política. El JNE con la celebración de algunos partidos que aplauden cuando excluyen a una de las fuerzas políticas, creo que está operando en contra de los derechos de la ciudadanía.
¿Eso no representaría una toma de posición a favor de otros candidatos?
Estamos tomando partido en defensa de la institucionalidad democrática, no estamos asumiendo una camiseta política de alguna fuerza en particular. Creemos que en estos momentos lo que peligra es la institucionalidad democrática ante el eminente peligro de una fuerza política que no solo tiene un pasado autoritario y que ha sido responsable de haber quebrado el estado de derecho en el Perú, hoy vuelva al poder con los mismos lineamientos programáticos y los mismos operadores políticos que llevan a generar clientelaje entre el electorado. Estamos advirtiendo a la ciudadanía, porque eso es parte de la democracia, que tenemos que ser muy claros frente a una fuerza que va a atentar contra los derechos de todas y de todos y porque tenemos derecho a movilizarnos; pero también tenemos claro, que esto se debe dar en el marco de la no violencia y tolerancia. Eso me parece muy importante porque hoy estamos siendo testigos de una campaña sucia que dispara hacia todos los candidatos y candidatas y además donde hemos visto a personas sumamente violentas pegándoles a activistas que salen a movilizarse. No podemos permitir que la violencia se incremente en esta campaña electoral, hay que denunciarla.
Y sobre el tema de DD.HH ¿Cuál es su evaluación de las propuestas?
De 19 planes de gobierno solo hemos encontrado propuestas en los planes de cuatro partidos; Fuerza Popular, Peruanos Por el Kambio, Frente Amplio y el ya tachado Todos Por el Perú. En sus propuestas hay lineamientos y enfoques que pretenden ser integrales, sin embargo aún no se concibe plenamente a los grupos que se encuentran en mayor vulnerabilidad y por ejemplo las propuestas para pueblos indígenas son insuficientes. No hay un enfoque de los derechos humanos que sea transversal al ejercicio de la política y las políticas públicas. Lo que nos queda una gran duda es como creer que una fuerza política que estando en el poder ha violado los derechos humanos va a cumplir si tiene los mismos principios programáticos y a los mismos operadores que estuvieron en el pasado, hoy, en el presente.
¿Por qué cree que los derechos humanos casi no aparecen en los planes de gobierno?
Hay poca valoración por los derechos humanos en el Perú en general. Por eso es que se puede minimizar un informe tan importante y fundamental como el de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. En general los derechos humanos están fuertemente vinculados con los sectores con menos poder o más vulnerable en el país. Los que históricamente desde el Estado han permanecido invisibilizados. Este Estado aún no se compromete con dichos sectores.
Entonces, ¿Cuáles serían las recomendaciones para tomar la importancia a los DD.HH en el país?
Yo creo que hay un rol fundamental de la élite política. Es fundamental que los partidos asuman que el Estado tiene que garantizar y promover absolutamente los derechos de todos y todas; no hay que distinguir razones de raza, género, orientación sexual, condición étnica y social, etc. Lo otro, es ser muy conscientes que tenemos que desterrar ese pasado colonial que nos hace vernos diferentes. Pero esto requiere una responsabilidad desde el propio Estado, ya que son las élites políticas las que tienen que liderar estos procesos para incorporar los derechos humanos como un elemento fundamental en toda la gestión pública. Es una vergüenza que en materia de derechos humanos en relación a lo que ocurre en el continente estemos en los últimos lugares. En la situación de las comunidades LGTBI en el Perú, es solo comparable a nivel de Sudamérica, con Paraguay y Bolivia, en todos los demás países hay avances sustanciales y acá a nadie se le para un pelo por esta situación.
La semana pasada el congresista Jorge Rimarachin se mostró en desacuerdo con la unión civil y dijo que los grupos LGTB son minoría ¿Qué le parece esta opinión, considerando que son un grupo que se hace llamar de izquierda?
Es vergonzoso porque pones en cuestión los derechos fundamentales que son universales. Los derechos no se puede someter a mayorías y minorías, si no, estaríamos avalando cualquier dictadura. La minoría tienen exactamente los mismos derechos que tiene la mayoría. El tema de fondo es la escasa valoración de los derechos humanos en quien se declara progresista o de izquierda y es absolutamente conservador en la materia. El conservadurismo y esta mentalidad anacrónica nos es propia de los sectores de la derecha tradicional, yo creo que es algo que impregna al conjunto de la sociedad.
Fuente: Noticias SER