Por Germán Vargas Farías

Pueden decir que es extemporáneo y que este artículo correspondía haberlo escrito en el día de San Valentín. Yo les respondo simple y llanamente que, tratándose  de parejas que marcaron la historia y han destacado por haber constituido una asociación singular, conviene que las tengamos presentes en todo momento. Lo que les presentaré, entonces, es una relación de esos dúos extraordinarios que nos maravillaron o escandalizaron, y que por ser personajes del arte, el deporte o la política, de la ficción o la realidad, impactaron nuestras vidas.

Al hacerlo, no intento más que provocarle. Una tímida sonrisa, una lágrima quizá, un suspiro cargado de nostalgia, una reflexión, un juramento de amor… a lo mejor. Debo decirles que, entre todas, hay una pareja que estimo en especial. Y es una pareja peruana. No, no es Javier Valle Riestra y Monique Pardo, pero, al igual que esta juvenil e irreverente parejita, conmovieron por su complicidad, pasión y desenfreno. La trascendencia de la relación a la que me refiero, con seguridad hubiera inducido a Shakespeare a quemar sin ningún remordimiento los originales de “Romeo y Julieta”. Yo lo hubiera entendido.

Adán y Eva, Diego Rivera y Frida Kahlo, Bonnie y Clyde, El Llanero Solitario y Toro, Kenyi Fujimori y su perra, Teófilo Cubillas y Hugo Sotil, Paul Simon y Art Garfunkel, Batman y Robin, Chelita y Felpudini, Carlos Menem y Cecilia Bolocco, los cuernos de Carlos Menem, El Gordo y el Flaco, Julio César y Cleopatra, Marco Antonio y Cleopatra, Gloria y Emilio Estefan, Sarkozy y Carla Bruni, Duo Pimpinela, Elizabeth Taylor y Richard Burton, Luis Horna y Pablo Cuevas, La tía Julia y el escribidor, Augusto Polo Campos y Susy Diaz, Susy Díaz y Mero Loco.

Caín y Abel, Eva Duarte y Juan Domingo Perón, Paul Newman y Joanne Woodward, El Santo y Blue Demon, Manco Cápac y Mama Ocllo, Brad Pitt y Angelina Jolie, Tarzán y Jane, Tarzán y Chita, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, El Avispón Verde y Kato, Romeo y Julieta, El Dúo Dinámico, Venus y Serena Williams, Alan García y Giampietri, Alan García y Jesús Lora, Alan García y la dama de altas cualidades, Al Bano y Romina Power, Jennifer López y Marc Anthony, Alejandro Toledo y Adam Pollack, Alejandro Toledo y un whisky etiqueta azul, Irma y Oswaldo, Aldo Mariátegui y su idiotez.

María  y José, Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre, Marcelo Mastroianni y Sofia Loren, Juan Tenorio y Doña Inés, Starsky y Hutch, Laura Bozzo y Christian Suárez, Christian Suárez y la plata de Laura Bozzo, María Félix y Agustín Lara, Lourdes Flores y su papá, Tom y Jerry, Tom Cruise y Katie Colmes, Abimael Guzmán y Augusta La Torre, Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre, Abimael Guzmán y el muñeco Chuqui, Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, el Dúo Gaitán Castro, Fred Astaire y Ginger Rogers, Jaime Bayly y Tongo.

Sé que la lista no está completa, la lista puede seguir. Continúe recordando nombres, aventuras y desventuras, siga evocando libremente esa relación sublime, imperecedera, entre aquella maravillosa persona y usted. Me disculpará, sin embargo, pero nada de ello podrá igualar en intensidad lo que pudimos algunos ver en esa pareja emocionada y sugerente que, a pesar de vivir el infortunio de la separación, se prodigó tantos guiños y halagos cuando tuvo la ocasión del reencuentro.

Apartados de escrúpulos que arruinasen su pasión, sin importarles el qué dirán, burlándose de la compostura y dolor de los demás, pisotearon la memoria de los dignos que en connivencia eliminaron por atreverse a demandarles una pizca de pudor.  Es la historia de Montesinos y Fujimori, pareja extremadamente licenciosa que gobernó nuestro país, y que supo dar cuenta que cuando dos vidas se unen a costa de todo para favorecerse entre sí, no hay más límite que el infierno.