Vía Diario La Primera
La dirigente fujimorista Patricia Milagros Vásquez Bocanegra, la misma que protagonizó el pasado mes de agosto un escándalo mayúsculo irrumpiendo violentamente con un grupo de seguidores en la ceremonia de la Comisión de la Verdad que se realizaba en “El Ojo que Llora” –del Campo de Marte– fue sentenciada a cuatro años de prisión condicional por el juez del 11º Juzgado Penal de Lima, William Díaz, por haber dirigido el año pasado otra revuelta con daños materiales en el Palacio de Justicia protestando por la encarcelación del ex dictador Alberto Fujimori.
La sentencia contra Patricia Vásquez y sus co-procesados, Cirilo Linasca Herrera, Francisco Calle Quispe, Francisco Campos Rojas, por los delitos contra la tranquilidad pública y disturbios en agravio del Estado, la emitió el juez William Díaz, el promediar la 1:00 de la tarde en la sede del Palacio de Justicia.
El juez reservó la sentencia contra los coinculpados Ana Chávez Huamán y Alberto Zeta Chunga, porque no concurrieron a la audiencia pública de lectura de sentencia. Se ofició a la policía para que los ubique y capture en su calidad de reos contumaces a fin de que la justicia les dicte sentencia.
La revoltosa Patricia Vásquez lloró al escuchar su sentencia y se reservó el derecho de apelar, mientras que los demás co-inculpados apelaron. Ahora será un tribunal de la Corte Superior el que decida si rebaja la pena o en todo caso aumenta la condena, ya que para el delito contra la tranquilidad pública y disturbios el artículo 315 del Código Penal establece pena entre 6 y 8 años de prisión efectiva.
Las reglas de conducta que tendrá que cumplir rigurosamente la fujimorista Patricia Vásquez y sus cómplices será la siguiente: Acudir a firmar el libro de registros del juzgado todos los meses, no variar de domicilio sin comunicar a la justicia, no reincidir en escándalos ni ocasionar daños materiales porque de lo contrario su condena de cuatro años de prisión suspendida se revocará y tendrá que cumplir carcelería efectiva.
Patricia Vásquez protagonizó un escándalo mayúsculo el año pasado cuando el ex dictador Alberto Fujimori fue extraditado de Chile. Junto con un grupo de fujimoristas tomaron los ambientes de la mesa de partes de la Corte Suprema y otro grupo irrumpió haciendo vivas por la libertad de Fujimori.