MUJERES EN CHANCAY ENCABEZAN PROTESTA CONTRA ABUSOS DE EMPRESA MINERA COLQUISIRI
Protesta se desarrolla, bajo la organización y liderazgo de mujeres de los centros poblados afectados por la actividad extractiva de la minera Colquisiri.
Durante la madrugada del pasado viernes 14 de septiembre, los pueblos jóvenes, anexos y asentamiento humanos colindantes con la empresa minera Colquisiri ubicada en el distrito de Chancay, provincia de Huaral, departamento de Lima iniciaron una medida de protesta, frente al incumplimiento de la empresa minera que opera en la zona desde hace más de 30 años.
Las comunidades exigen la reapertura de una mesa de dialogo con los gerentes de la minera Colquisiri, quienes se han negado a dialogar con los representantes de las comunidades. El incumplimiento de los compromisos que asumio la empresa en noviembre del 2019 con las comunidades, son la causa de este nuevo conflicto social.

El conflicto llego a su punto más álgido, durante la madrugada del pasado viernes 13 de septiembre, cuando las mujeres del Asentamiento Humano Cerro Culebra, ubicado a solo 40 minutos a pie de la empresa minera polimetálica de zinc, plomo y cobre, tomaron la vía de acceso a la mina, frente a la negativa de la empresa por cumplir sus compromisos y negarse al dialogo. La acción de protesta fue brutalmente reprimida por efectivos de la Dirección de Intervenciones Rápidas (DIVINRAP) quienes de una forma desproporcionada violentaron a las mujeres, sin importar que entre ellas había mujeres de la tercera edad y una mujer gestante. El resultado del operativo contra las mujeres, fue la detención de tres miembros del Asentamiento Humano, quienes salieron en defensa de las mimas ante la agresión de los efectivos policiales.
Los detenidos fueron llevados a la Comisaría de Huaral y permanecieron ahí hasta la tarde del viernes 13 de septiembre, entre los detenidos se encontró un ex directivo del Asentamiento Humano Cerro Culebra, Mario Valencia Serna, quien señala que:

“Tenemos un compromiso que firmamos con la empresa minera, que no se está cumpliendo. Ellos se comprometieron a realizar un plan de trabajo con especialistas para comenzar con proyectos sociales, también hacer un monitoreo ambiental participativo en común acuerdo con nosotros, para elegir juntos la empresa que realizaría el monitoreo ambiental, ese acuerdo tampoco se ha cumplido. Estamos exigiendo una reunión con los gerentes de la empresa, para llegar a un entendimiento, pero no quieren, siempre nos responden con evasivas. Inclusive negándose al dialogo, incumplen una cláusula de la mesa de dialogo que dice claramente que, si surgieran discrepancias o dudas de alguna de las partes, nos sentaríamos a dialogar”
Las autoridades locales, brillan por su ausencia en este reciente conflicto social, este comportamiento genera en la población desconfianza hacia las autoridades, quienes aseguran que durante los años que viven en la zona, nunca vieron un solo patrullero a pesar de la inseguridad y la alta tasa de criminalidad que existe en el norte de la provincia de Lima, como se sabe Huaral fue es el escenario delicftivo de bandas como los «Monos de Quepepampa». Sin embargo el día de la protesta alrededor de medio centenar de efectivos policiales intervinieron el lugar frente a la protesta encabezada por una docena de mujeres entre ellas, una mujer gestante que fue arrastrada por un efectivo de la PNP, sobre estos hechos de violencia una de las afectadas comenta que:
“Nosotros hemos sido solo mujeres, las que nos reunimos para la protesta, nos empezaron a empujar, con sus escudos, nos jalonearon hasta en el piso, empezaron a llevarse a los dirigentes de nuestro pueblo, me han tirado un puñete en el seno, los policías tenían palos, fuimos alrededor de 5 mujeres, se llevaron a muchachos de nuestro pueblo detenidos, porque nos defendieron. Se los llevaron, como si fueran unos delincuentes”
Sobre los acuerdos de la mesa de dialogo y los compromisos de la empresa minera Colquisiri con las comunidades, se encuentran los talleres productivos al menos dos veces al año, para todos los miembros de las comunidades, talleres que deben ser gratuitos, compromiso incumplido pues hasta la fecha, tal como señalan las mujeres de Cerro Culebra, estos talleres productivos de cocina, repostería y otros oficios, siempre fueron con un pago de por medio. El más importante de los compromisos a los que llego la mina Colquisiri con las comunidades, fue el de la construcción de una obra pequeña y otra de gran envergadura, es así que la construcción de pistas y veredas del Asentamiento Humano Cerro Culebra, ingreso a los acuerdos de la mesa de dialogo, hasta la fecha solo se ha intentado construir una iglesia, que según las mujeres de la comunidad no es prioridad, sin embargo la empresa minera empezó la construcción de la iglesia que debía ser entregada en junio, al día de hoy la construcción se encuentra paralizada. Sobre la construcción de las pistas y veredas aún no se han iniciado, sin embargo, mediante un convenio con el municipio de Chancay la empresa logro construir una pista que permite ingresar y sacar material y cargamento de la empresa a la carretera Panamericana, pista que tristemente culmina en la puerta de la empresa Colquisiri.

Contaminación inminente de las comunidades aledañas, Colquisiri es una mina de Poli metales màs importantes de la regiòn Lima, la extracción de plomo se encuentra dentro de los minerales que extrae, los relaves están al aire libre, siendo un verdadero peligro para la integridad física y la vida de las comunidades, quienes denuncian que la empresa minera no quiere consensuar con ellas el monitoreo ambiental, tratando de imponer a la empresa auditora donde se realizarían los análisis de sangre de la población y las demás evaluaciones medioambientales. En los últimos años murieron dos mujeres por contaminación de plomo en la sangre.

Desde el 2014 hasta la fecha la minera Colquisiri ha tenido una intensa y fructífera actividad extractiva, esto ha llevado a cercar los espacios que colindan con la población, ancestralmente agrícola, que en los últimos años, ha visto como sus campos sufren una transformación terrible producto de los relaves y la contaminación de las aguas a causa de la actividad minera, este impacto negativo sobre la principal actividad económica de la población, nos da como resultado a miles de peruanos y peruanas que durante los últimos 30 años han visto como la explotación de los recursos minerales de su territorio, no ha producido ninguna mejora en su calidad de vida, ni mucho menos un verdadero desarrollo de sus comunidades.




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