Desplazados
Por Rocío Silva Santisteban Hay que subir por una interminable escalera de caracol, de cemento y con gradas altas, unos cuatro pisos, pasando por una quinta estrecha, para llegar a la pequeña oficina, larga y estrecha también, en la que aproximadamente 70 personas, totalmente apretadas, cansadas pero expectantes, acaloradas por el sol de las dos […]
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